La tortuga que quería ver las estrellas

Cuento para leer: La tortuga que quería ver las estrellas

Esta noche vamos a conocer a una pequeña tortuga llamada Lilo, que tenía un gran sueño: quería ver todas las estrellas del cielo. Imagina un cielo oscuro lleno de pequeñas luces brillantes. Cierra tus ojitos y acompaña a Lilo en su tranquila aventura bajo las estrellas.

En un tranquilo lago, rodeado de árboles altos y flores de colores, vivía Lilo, una pequeña tortuga que adoraba mirar el cielo cada noche. Mientras las estrellas aparecían una a una, Lilo se sentaba en la orilla del lago y contemplaba el reflejo de las estrellas en el agua. Pero había un pequeño problema: las estrellas parecían estar muy lejos, y Lilo soñaba con poder verlas más de cerca.

Un día, Lilo se acercó a su amigo, el búho Tico, quien solía volar alto en el cielo.

«Tico, ¿cómo se ven las estrellas desde allá arriba? Deben de ser muy bonitas», le preguntó Lilo con admiración.

El búho, que sabía lo mucho que Lilo amaba las estrellas, sonrió y le respondió: «Son muy hermosas, Lilo. Pero, ¿sabes algo? No es necesario volar para sentirlas cerca. Las estrellas están dentro de ti cada vez que las miras con cariño».

Aunque las palabras de Tico la hicieron sentir mejor, Lilo aún deseaba verlas más de cerca. Esa noche, mientras el sol se escondía y el cielo comenzaba a oscurecerse, la pequeña tortuga decidió hacer algo diferente.

«Hoy intentaré llegar más alto», se dijo a sí misma.

Se puso en camino, decidida a subir la colina más alta junto al lago. «Quizá desde allí pueda verlas más grandes», pensaba. Con su pasito lento pero firme, Lilo empezó a subir la colina. El camino estaba cubierto de hojas secas, y el aire se volvía más fresco a medida que el sol se ocultaba del todo. Aunque le tomaba tiempo avanzar, Lilo no se dio por vencida. Paso a paso, subida tras subida, la pequeña tortuga seguía adelante, con el cielo cada vez más oscuro y las estrellas empezando a brillar en lo alto.

Finalmente, después de mucho caminar, Lilo llegó a la cima de la colina. Se sentó sobre una gran roca y miró hacia el cielo. ¡Qué hermoso era! Desde allí, las estrellas parecían estar más cerca, brillando con fuerza sobre su cabeza. Lilo nunca las había visto tan brillantes, y el cielo parecía más amplio de lo que había imaginado.

Pero había algo más: el reflejo de las estrellas no solo estaba en el cielo, sino también en el lago. Desde la colina, Lilo podía ver cómo el agua calmada reflejaba miles de pequeños puntos brillantes, creando un espejo de luz. Era como si las estrellas estuvieran tanto arriba como abajo, envolviendo a Lilo en su resplandor.

Mientras observaba, Lilo se dio cuenta de que lo importante no era lo cerca que estuvieran las estrellas, sino lo mucho que significaban para ella. Y, tal como había dicho Tico, Lilo sintió que las estrellas no solo estaban en el cielo, sino también dentro de su corazón, iluminando sus pensamientos y llenándola de paz.

El viento suave de la noche acarició su caparazón, y Lilo se quedó allí un buen rato, escuchando los sonidos tranquilos del bosque y mirando las estrellas que tanto amaba. Estaba feliz de haber llegado hasta la cima, pero también sabía que no necesitaba ir muy lejos para sentirse cerca de las estrellas. Con solo mirarlas desde cualquier lugar, siempre estarían con ella.

Con esa idea en mente, Lilo comenzó su camino de regreso al lago, paso a paso, bajo la luz suave de la luna. La tortuguita volvió a su rincón junto al agua. Al llegar, se acomodó en la orilla y volvió a mirar el reflejo de las estrellas en el lago, sabiendo que siempre podría volver a verlas, ya fuera desde la colina o desde el lugar donde estaba.

Lilo cerró los ojos, sintiéndose en paz. Ahora sabía que, aunque las estrellas parecieran lejanas, siempre estarían cerca si las llevaba en su corazón. Y así, Lilo se quedó dormida junto al lago, con las estrellas brillando en el cielo y en su corazón.

Ahora es tu turno, querido soñador o querida soñadora, de cerrar tus ojitos y dejar que las estrellas te guíen hacia un sueño tranquilo.

¡Buenas noches! Que sueñes con cielos llenos de estrellas.


Si te gustó «La tortuga que quería ver las estrellas», ¡Leé otro cuento! Click Aquí


La tortuga que quería ver las estrellas en video:


La tortuga que quería ver las estrellas en MP3:


Deja un comentario